viernes, 25 de septiembre de 2009

Lagarto leopardo





















Los vertebrados recién descubiertos a lo largo del río Mekong
legitiman el informe Fauna (Madrid, PhotoVision, 1989) de
Joan Fontcuberta y Pere Formiguera.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Fluidos queridos

Escribo en Papur, pág. 42:

Cuca de Verí. Oruga de diferents colors (negra, blava o groga amb pics vermells) que es cria per les patateres i lletreres (Empordà). Diuen que la cuca de verí té la propietat d’enverinar el qui la toca o el qui hi orina damunt.
[Bicho del veneno (nombre utilizado en el Ampurdán). Oruga de variados colores (negro, azul o amarillo con puntos rojos) que se cría entre las patatas y las lechetreznas. Dicen que el bicho del veneno tiene la propiedad de envenenar al que lo toca o al que orina sobre él.]


Ahora leo en The New York Times, en la selección semanal (06/11/08) que ofrece El País, un artículo titulado “Un gusto natural por la sangre” del que entresaco:


Los otros únicos vertebrados [se han citado murciélagos y pinzones vampiro] de los que se sabe que subsisten sólo de sangre son ciertos tipos de candirú, un grupo poco estudiado pero muy temido de bagres de 2 centímetros de los ríos Amazonas y Orinoco. El método habitual del candirú hematófago es el de convertirse en parásito de un bagre más grande: se infiltra por las agallas del huésped, se aferra a la carne del interior, rompe los vasos sanguíneos, extrae la sangre con sus mandíbulas altamente móviles y después, tras uno o dos minutos, vuelve a salir.Pero al menos desde hace un siglo corre la leyenda de que este pez puede apuntar también a la uretra de los humanos, supuestamente atraído por el olor de la orina: después de todo, los peces orinan por las agallas.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Prepirenaica

La historia de la tercera mujer oleosa se inicia en la localidad altozaragozana de Salvatierra de Esca, en concreto en el bar Bicoca, famoso por el pacharán casero. No hubo nombre, donación de nombre, en el primer encuentro. En el segundo, también en el Bicoca, acompañado por el clérigo Vincent Ventresca, se identifica como Perla; Perla Mux remacha un soldado. La Iglesia Parroquial de Salvatierra, de estilo tardo gótico, torre almenada y cripta románica, dispone de un impresionante retablo barroco, sillería del coro de piedra labrada y uno de los órganos más antiguos del Pirineo (yo dirigía, en ese tiempo, una troupe de organistas, “gentes de mula recia, clase regular y torpes movimientos”). El mediodía del miércoles 13 de junio de 2007 gozaba de los favores de Perla Mux en la habitación número cuatro del Hotel La Miguela de dicha población cuando golpearon con fuerza la puerta: era Ventresca; llegaban al pueblo el marido y el hijo cetrino de Perla a bordo de un Suzuki Grand Vitara.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Bulbul



Incluso en etapas de confesado automatismo no sólo es el significante el responsable de la elección de las palabras sino que también participan ciertas intuiciones del significado. Cuando escribo, en el encabezamiento del informe Diagrama (1973) [Cónsul (1987), pág 61],

Son cinco los puntos de la cábala: menarquia, combate, hidropesía, lasitud y acromegalia. Los cinco implican otros conocimientos: manejo de armas, danza, robo de alfiles, monta, remedos varios: bulbul, escorpión, pejesapo.

incorporo la palabra ‘bulbul’ arrastrado por la vorágine léxica y, tras la positiva lectura, no me planteo el porqué de esa decisión ni las posibles consecuencias de la misma: por ejemplo que gracias a ella pueda salvarse la página, y quizá el libro. Treinta y seis años después, el 30 de agosto de 2009, mi amigo el Cónsul General de España en Pau (Francia), José Luis Tapia Vicente, me dice lo siguiente acerca del ejemplar de Cónsul que le había regalado un par de meses antes: “lo he leído, resulta complicado si no estás inmerso en el mundo de la literatura de vanguardia pero me ha gustado que, en el último poema, Diagrama, aparezca el pájaro bulbul: en la India, en Nueva Delhi, una pareja anidó en uno de los dos grandes tiestos, cada uno con una hermosa planta de tronco leñoso, que coloqué a ambos lados de la puerta de entrada, ubicada bajo una amplia marquesina de obra, en mi casa de estilo modernista, propiedad de un rico sindi de apellido Mirchandani; apellido (con el sufijo -ani) que indica su etnia: Sind(i).”

domingo, 13 de septiembre de 2009

Franqueza

El compositor y naturalista gerundense Sinty Mallarenga Blava recoge, en sus memorias, detalles escalofriantes de la larga aunque esporádica relación mantenida con una señora valenciana. Dice, entre otras muchas cosas, que ella, en los treinta y tantos años que duró dicho amorío, sólo pronunció dos frases dignas de ser consideradas. La primera cuando se hallaba de visita en casa de una prestigiosa escritora madrileña y, arrobada sin duda por el nivel intelectual de dicha persona, llamó por teléfono a Sinty para reconocer, en un inhabitual acto de extrema sinceridad, su condición no competitiva. “Al escuchar a Carmen me doy cuenta de que tengo la cabeza llena de serrín”, fue la declaración. La segunda frase, o casi alarido, se produjo en las postrimerías de un coito tras haber alcanzado el orgasmo que, por lo que parece, se le resistía en las últimas semanas. “¡Me ha vuelto el placer!”, pregonó. Mallarenga, socarrón, concluye que lo justo hubiera sido, en algún momento de esa media vida, oírle anunciar: “me ha vuelto el serrín”.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Un estilo

En marzo de 2006 conocí a una mujer de rodillas adelantadas; quiero decir que al caminar, y en especial si llevaba tacones, las choquezuelas iban dos palmos por delante de lo más prominente del busto. Nada que objetar –incluso pudo gustarme- pero cierto día en que recorríamos la escollera de Alicante comprobé horrorizado que una barahúnda de chiquillos y, también, algunas gaviotas y fumareles imitaban con descaro los andares de mi amada. Rompimos.