domingo, 13 de septiembre de 2009

Franqueza

El compositor y naturalista gerundense Sinty Mallarenga Blava recoge, en sus memorias, detalles escalofriantes de la larga aunque esporádica relación mantenida con una señora valenciana. Dice, entre otras muchas cosas, que ella, en los treinta y tantos años que duró dicho amorío, sólo pronunció dos frases dignas de ser consideradas. La primera cuando se hallaba de visita en casa de una prestigiosa escritora madrileña y, arrobada sin duda por el nivel intelectual de dicha persona, llamó por teléfono a Sinty para reconocer, en un inhabitual acto de extrema sinceridad, su condición no competitiva. “Al escuchar a Carmen me doy cuenta de que tengo la cabeza llena de serrín”, fue la declaración. La segunda frase, o casi alarido, se produjo en las postrimerías de un coito tras haber alcanzado el orgasmo que, por lo que parece, se le resistía en las últimas semanas. “¡Me ha vuelto el placer!”, pregonó. Mallarenga, socarrón, concluye que lo justo hubiera sido, en algún momento de esa media vida, oírle anunciar: “me ha vuelto el serrín”.

2 comentarios:

Istefel dijo...

Quizá..tal compositor, tal malabarista, tenía la capacidad de emitir a velocidad luz palabras por la boca, frente a la cual todas las demás aceleraciones lingüisticas parecían articuladas como en un cuadro flamenco, es decir, lenta y detalladamente.
Por eso el tal naturalista, el tal astronauta tenía un bosque en la cabeza, y los pájaros, de serrín
( naturalmente).
Ave.

Ableg dijo...

Una evidente y dura franqueza.