miércoles, 16 de marzo de 2011

A propósito de "Familias como la mía" (3)

Nora Peb.


Buena parte de las palabras (y de las situaciones e imágenes) que me han acompañado desde el inicio de mi vida pueden, al fin, ser registradas en un texto que las perpetúa, acabando así la angustia por una posible pérdida definitiva. Al mismo tiempo se va cerrando una etapa de recepción y abriendo otra de vacío en la que disminuye, de modo grotesco, la llegada de información relevante: todo está en la adolescencia y, si se me apura, todo está en la infancia. El almacén de vocablos, expresiones y atmósferas que es Nora Peb permitirá, de hecho ya permite, el desarrollo, o simplemente el uso, de dichos materiales, bien por mí al carecer de nuevas ideas, bien por parte de nuevas generaciones de escribanos o, incluso, de fotógrafos, cineastas y artistas plásticos; es pues, queda claro, un legado.

1 comentario:

Urraco Lamborghini dijo...

Nora Peb es muy visible. Parece la targeta perforada de una vieja máquina de proyectar hologramas arrumbada en un desván. Un aparato que bajo su ucronía y aspecto obsoleto esconde una bomba. Todo esto porque no me sale el equivalente a fotogénica. Casi digo cinegética y me da que tampoco me equivoco.