viernes, 27 de mayo de 2011

Paisajes de la ciudad 5

Aquel tren muy veloz se dirigía a la ciudad pero no conseguía acercarse a ella. Unos expertos hicieron notar que la montaña asolada por los incendios y devorada por la cantera de yeso, que debía dejarse atrás para alcanzar los míseros suburbios, permanecía siempre en el mismo punto del horizonte.

Zaratán

Cuenta Martín de Riquer en el prólogo a Libro de amigo y amado que el beato Raimundo Lulio en edad juvenil y libertina entró de modo exaltado en una iglesia asediando a una doncella y esta para enfriar sus lúbricas intenciones desnudó uno de sus senos corroído por el cáncer.

lunes, 23 de mayo de 2011

Iconografía 1





























“Buscar, buscar, una fiebre evaluadora, caminamos, con Juego, con Galalit, nos trajimos a Deogracias, por su Avenida José Antonio, hacia plaza España, hasta Llansá, una calle corta del tupido ensanche, cercana a las Arenas, coso taurino en decadencia. La casa era un malecón sencillo. Cinco plantas reglamentarias, pobres materiales, apenas algún detalle perdido en la comisura de la puerta y los balcones. Pero el remate, ese frontis de elocuencia absoluta, una mariposa de alas desplegadas, fabricada en mortero, con esmaltes, teselas, lo que llaman trencadís, y antenas, y un cuerpo tubular listado. Delegué en Deogracias. Tardó poco. Consiguió el salvoconducto. Y la llave. Subimos pues los cuatro hasta el terrado, la azotea como corrigió Juego luchando por el idioma. No había dimensión. Tampoco líneas. Esa remate mariposa de descomunales curvas era un fraude, la tarjeta de visita del maestro de obras José Graner y Prat que triunfaría en Gijón como arquitecto, una explosiva desproporción exterior que moría en el tenderete destartalado corona del edificio. Mañana, ante la mesa del administrador de fincas que extraía una subcarpeta con la indicación a bolígrafo Casa Fajol –La Papallona- calle Llansá 20 barrio de la izquierda del Ensanche, todo fueron vaguedades y una conclusión: no era posible adquirirla.” (Familias como la mía. Págs. 276-277)

miércoles, 18 de mayo de 2011

Reptiles 2


















Salamanquesa común –Tarentola mauritanica- fotografiada en Belchite por Vicente Almazán. Según algunos herpetólogos fue un gecónido el monstruo que asoló los alrededores de Cominges y del que el actual cocodrilo catedralicio no es más que un sustituto que sirve de conjuro. “El especialista británico en gecónidos E.N. Burton identifica el saurio de Cominges, a través de la información escrita y de la fotocopia del folleto que le mandamos, como perteneciente a la especie, hoy extinta, Gecko maximus, la salamanquesa gigante.” (Pág. 143 de Familias como la mía)

martes, 17 de mayo de 2011

Reptiles 1








Cocodrilo de la catedral de Nuestra Señora

de San Bertrán de Cominges fotografiado por

Alberto Gil-Albert el 6 de mayo de 2011.

“El gigantesco saurio, cabeza abajo, sujeto

al muro por dos grilletes de hierro, brillaba,

casi refulgía, ante la luz eléctrica, pese a los siglos

de humo.” (Pág. 99 de Familias como la mía)

sábado, 7 de mayo de 2011

La chica que se comió la cara

Los tics son siempre malos pero ninguno como el de Marta Loverdos de Altimira. Ya en la foto recogida en http://ferrerlerin.blogspot.com/2008/07/otra-vez-ella.html y luego en Familias como la mía se observa el mordisqueo involuntario de la comisura izquierda de los labios que, según me comunica mi prima Monse, ha ido llevando a Marta a la progresiva ingestión, a partir de dicho punto, del total de la cara quedando la osamenta facial sólo recubierta de carne y piel en los lugares más alejados de la boca; es decir que la labor de arrastre no ha podido, por ahora, con la zona alta de la frente ni, tampoco, con las regiones masetéricas. Metida en una gran burbuja plástica, para evitar las consabidas infecciones, lleva una vida muy tranquila, dedicada al ocio, en su finca de Agoncillo. (La ligera variante entre los poemas que acompañan las fotos se debe a que en el momento de la inserción de la entrada en el blog no se conocía el estado y paradero de la heroína por lo que, en evitación de demandas, no se quiso aludir al feo vicio; hoy nos consta que sabe de nuestro interés sin dar, hasta la fecha, señal alguna de queja)