miércoles, 15 de mayo de 2013

Marfil

“Una boca pequeña como una hendidura de bordes afilados”, escribo en  http://ferrerlerin.blogspot.com.es/2012/10/lo-de-arriba_14.html, y ahora, fruto del azar, encuentro explicación a ese género de bocas. Mi amigo Cepelín Roberto, recién llegado de Egipto, me telefonea muy excitado para que nos veamos sin dilación. Viene a casa y me entrega, con gestos de impaciencia, un paquete de regular tamaño, envuelto en papel de estraza, que desenvuelvo sobre la mesa alcanforada de mi despacho: es un cuchillo de marfil, de colmillo de hipopótamo, utilizado por las madres de la etnia Ashwiili para abrir la boca de las criaturas que nacen con la boca cerrada, exactamente con la boca sin abrir o, aún más exactamente, sin boca. Las madres saben que el agujero está ahí debajo, y no yerran, unos centímetros de desviación convertirían en inservible al recién nacido, derivándolo de inmediato al placer de las hienas.      

6 comentarios:

Istefel dijo...

La incisión precede a la succión; la hiena, su sombra, abre la mordedura del viento, de la invasión.

El filo tribal reverbera en el escritorio, aguardando el gélido escrutinio del hombre con gabardina.

Perpetuum dijo...

El arma de doble filo: salva o mata. Es comprensible la excitación que produce ese cuchillo de marfil. Quién sabe si el azar tiene algo que ver con la suerte de los seres a quienes se aplica. Quién sabe lo que ocurrirá la próxima vez.

Alberto Salas dijo...

Justo ayer vi un documental -"The Pervert’s Guide to Cinema (2006)"- en el que el psicoanalista y filósofo Slavoj Zizek disecciona determinados filmes. Refiriéndose a una escena de "Alien Resurrection" (última entrega de la saga Alien) reflexiona sobre los caprichos de la genética, el estrecho margen que nos separa de la malformación y la anomalía, los monstruos que nos habitan en el espacio de lo que estuvimos a punto de ser.

Ferrer Lerín dijo...

De pequeño oí contar a mis padres que yo nací siamés, pero que nos separaron a las pocas horas, satisfactoriamente para mí, él otro hubo que neutralizarlo. De mayor les pregunté, y lo negaron todo.

Anónimo dijo...

Disculpa Paco, que utilice este medio para hacerte una pregunta: sabes qué ha pasado en el nido? ha desaparecido el huevo y ya no veo nunca a los padres.
Un saludo

Ferrer Lerín dijo...

Mejor escríbeme a ferrerlerin@gmail.com