lunes, 17 de junio de 2013

Soy cecina



Un hijo, Castaño, criado a mis pechos, errabundo durante décadas, reaparece ahora para asesinarme y fotografiar mis restos caramelizados. Un pérfido vástago, cuya partida de nacimiento se recoge al final del relato “Igualitos” del misceláneo Papur

“Embarazada Conchita Pemartín, nos vemos obligados a huir, a dejar la ciudad e instalarnos en el campo, y con las lluvias y los vientos de la primavera se produce el parto, y sería por la fuerza que nuestra extrema juventud transmite a la criatura, o por lo saludable del entorno, lo cierto es que necesitamos más leche que la de Conchita, y yo por simpatía o por solidaridad, aunque entonces no existían estas dos palabras, conformo dos abultamientos y un calor localizado hasta romper esa especie de tapón, como de vial medicamentoso, y empiezo a echar calostro a chorros quizá salvando así la vida de nuestro voraz hijo Castaño.”
   

Fotografía: Castaño Senra

sábado, 15 de junio de 2013

Brillo

Reconozco que se me fue la mano con el abrillantador de zapatos pero los mocasines nuevos color burdeos se lo merecían. Me esperaban en el vestíbulo del hotel y el delegado del gobierno se adelantó para abrazarme al tiempo que profería un estentóreo “¡qué zapatos tan brillantes!”. Me fue presentando y, cada pocos minutos, como para recordarlo o para que yo lo recordara, seguía con la cantinela “¡qué zapatos tan brillantes!”, circunstancia que llevó a los concejales, e incluso al alcalde, cuando íbamos hacia el salón de conferencias, a no dejar de mirar mis zapatos que, la verdad, brillaban con insospechado fulgor. Para mi desgracia, a los miembros del foro nos sentaron, en el estrado, sin la protección de una mesa, por lo que el intenso lustre quedó expuesto de modo inmisericorde a la voracidad de los ojos de la cruel audiencia. Luego, al entrar en el comedor, y después en la sala de los espejos, el delegado no dejó de pronunciar la frasecita. Salíamos a la calle, a esperar que los coches nos recogieran para ir a la ópera, cuando vi al delegado del gobierno avanzar hacia mí, sonriente, casi carcajeante, y, antes de que abriera la boca, le clavé en la carótida el bolígrafo regalo. Al abrir la zanja para echar el cadáver me ensucié los mocasines con el polvo de la rastrojera; el brillo mutó a mate. 

lunes, 10 de junio de 2013

Dos encuentros


Venían pegados a la fachada norte del convento de las Benitas. Caminaban ligeros, agarrados del brazo y con el semblante algo agarrotado por el frío. Los reconocí en seguida. Él, Joaquín Marcona del Rosario, recientemente fallecido, ella, su fiel mujer, de la que desconocía el nombre. No me sorprendió ver a Marcona por ese lugar, sabía que ese tramo de la calle Mayor era su territorio habitual de campeo, y tampoco la forma de caminar, pegado a las fachadas y del brazo de su fiel mujer. Pasaron sin saludarme, pero lo achaqué al agarrotamiento de sus semblantes; es más, cuando me monté en el todoterreno, al encararme con el retrovisor, vi también el mío agarrotado. Iba a la finca Larbesa, llovía, y, al parar en la curva de los chopos muertos, descubrí cómo avanzaba, en un vuelo planeado dificultoso, un ejemplar de milano real que, pese a estar empapado, lograba alcanzar una rama del mayor de los árboles, rama tan delgada que se dobló al posarse. Supuse que era una de las momias de aquel espantoso ensueño.    


martes, 4 de junio de 2013

Lobos

Ángel Cabrera Torres (1879-1960) fue un zoólogo madrileño que en una de sus más famosas obras, Fauna ibérica; mamíferos (1914), describe, a partir de dos ejemplares vivos de la colección zoológica del Parque de Madrid, una nueva subespecie para la ciencia, Canis lupus deitanus. Este mamífero, según Cabrera, sería el lobo propio de las sierras paralelas a la costa mediterránea, siendo en concreto Moratalla, en el distrito orospedano, el lugar de procedencia de los ejemplares del Parque de Madrid. Cabrera dice que Canis lupus deitanus es mucho más pequeño, ligero y esbelto que Canis lupus signatus, el lobo del resto de la península ibérica, que su coloración tampoco es la misma y que, fundamentalmente, lo que llama la atención es su aspecto chacaloide. Ahora, naturalistas marroquíes, han grabado por primera vez en el macizo del Rif a tres ejemplares salvajes de lobo africano, Canis lupus lupaster; lobo que se creía extinguido en ese enclave. El lobo de Cabrera, cuya existencia ha sido tradicionalmente negada por la comunidad científica, y el adiva (o adive) nombrado por Cervantes en el Quijote ¿podrían ser C. l. lupaster, esa fantasmal criatura recién hallada en el norte de Marruecos?     

sábado, 1 de junio de 2013

Dos jóvenes protestantes hablan en el metro sobre El mundo no se acaba



-- Simic, a primer vista, parece un buen poeta, pero
si insistes notas que no es tan bueno; algo falla, quizá
que viene de un país del Este y que fue pobre.
-- Sí, la poesía, es una profesión de ricos.