viernes, 27 de marzo de 2015

Jornada trágica



La noche anterior a la caída del avión alemán en los Alpes soñé que iba conduciendo, más rápido que de costumbre, por una solitaria carretera, angustiado por llegar, antes de que oscureciera, a una ciudad situada demasiado lejos. Al vencer un cambio de rasante, coronado temerariamente sin disminuir la velocidad, vi, a muy poca distancia, un Seat 1500 negro avanzando a toda pastilla por una pista polvorienta y supe que él iba a invadir la carretera y que era imposible evitar la colisión. Frené, y giré ligeramente el volante para no embestir de lleno al 1500 (esos coches tenían fama de ser de hierro) pero, pese a ello, tuve que tomar una solución drástica para no morir: despertarme.  


Debería ser suficiente que un presagio de muerte tuviera un único correlato, pero no fue así. Imprimía los billetes de avión para mi viaje a Bulgaria al tiempo que recibía la noticia de la desaparición del vuelo 4U9525 cuando descubrí que el aparato de la compañía Balcanic Air en el que yo iba a volar era un Brauer, de fabricación hondureña. Llamé al gobernador para obtener más detalles. Su valido me comunicó, amablemente, que su alteza estaba agonizando víctima de un aneurisma pero que el modelo 175 de la casa Brauer era merecedor de toda mi confianza; nunca había sufrido un percance en el que el número de muertos superara la treintena.


sábado, 21 de marzo de 2015

Enemigos



Su larga vida y su carácter algo áspero le granjearon tenaces enemigos, cuyos nombres llevaba anotados en la moleskine que le regaló su hijo por Reyes. Cada mañana, a eso de las once, se acercaba a la iglesia del Carmen para ver si entre las esquelas pegadas en la fachada había alguna que le alegrara el día. De la lista ya habían caído muchos y este invierno estaba siendo singularmente pródigo: 11 de enero, Carlos “Negro” Sánchez Peragón; 15 de enero, Sixto “Maromas” Caballar González; 14 de febrero, Antonio “Carpetas” Jarne Providencio; 2 de marzo, Beto “El Bestia” Ara Sangermán; y hoy, el más odiado, Fernando Pérez Magriñán, sin un alias definido pero de aspecto desagradable y retorcida conducta. Fue a tacharlo de la lista y, de golpe, comprobó, sorprendido, que Magriñán era el último. Tardó en reaccionar y reaccionó muy mal. Llegó a La Ciudadela y de una patada derribó al centinela. Le arrebató el arma. Y se voló la tapa de los sesos. Sí, no eran dos vulgares tópicos sino dos definitivas verdades; “el que no tiene enemigos no es absolutamente nadie” y “la vida sin enemigos carece de sentido”.   


martes, 17 de marzo de 2015

jueves, 5 de marzo de 2015

Homenaje a Perse







Enérvate hombre despreciable porque los querubes aplacarán tus iras
lamerán tus desdichas y acogerán las turbias manos del pordiosero amigo.

Pero si prefieres balancearte con los remolinos del nuevo día
asciende a las cimas donde sólo reina el olvido y tus pasos serán descontados.


"Sin título II"

Homenaje a Perse, 1961